Suiza dice

© Museo Iserables

Entre la aldea y de la cereza pico Nendaz, es una placa verde, todo enmarcado por bosques, y llamó Zofflen.

Sería difícil imaginar un lugar más solitario, enfriador, más pacífico. Los pastizales son densos, césped salpicado de flores fragantes, los rebaños pastan después de heno.

En virtud de los inmensos bosques que rodean el pasto grasa, que se encuentra en la masa me-not que los lugareños llaman "Embrunes", de gayuba (uvae ursi), todos los tipos de hongos, de la enorme hinchazón-buff deliciosa rebozuelos, naranja.

Las fronteras de estos madera casi virgen, donde búhos y halcones anidan en la facilidad, hoy vemos una vieja casa abandonada, abierto a todos los interesados. Su rostro es oscuro, su agrietado y el techo cayendo exuda ruinas tristeza, fachada, pequeñas bayas negras, sin ventanas, tiene algo siniestro, y la corona de ortigas y cardos que rodea lo demuestra el abandono deprimente donde se dejó. Esta es una casa embrujada.

- Una cabaña en la montaña desierta embrujada, ¿por qué no ? Asegura que hay muchas casas encantadas en las grandes ciudades, ningún inquilino se compromete a vivir. Nuestra época de escepticismo ni siquiera se logró levantar creencias bastante ingenuos tiempo moyennageux. ]No es de extrañar, pues, que en el corazón de la Old Country, tradiciones si perenne, la ALP sola y abandonada, en la frontera de los pastos y de los bosques, se trata de una casa embrujada.

Yo le dije a la historia por un pastor casi octogenario, qui habite un mayen, en el otro lado de la montaña.

Me remito a mi narrador ingenuo.

La casa que usted acaba de ver en el Alpe Zofflen fue construido en 1730, y se podía ver de una viga de la cocina, en esta fecha se talla en madera, así como el nombre de su propietario Teódulo Bluvignoud, cuya familia está apagado.

Usted probablemente sabe que, en cualquier momento, el Valais amaba la danza, y eso es para romper la defensa de la Iglesia condena como un juego peligroso, que muchos de nuestros antepasados ​​sufrieron su castigo en las grietas de los grandes glaciares.

Así que nos pusimos a bailar la cabaña Zofflen, donde los jóvenes Nendaz fue el domingo, para escapar de la supervisión del sacerdote.

O, Ocurrió en el día de la Asunción, no tiene bien más de cien años, ya que mi padre, que me dijo que sólo recordaba, bailaban al Zofflen toda la tarde, catecismo despreocupada y Vísperas.

Pero ahora, por medio de la danza, viene un gran hombre, ricamente vestido, que pretende ser el baile, promesa de pagar una pinta de Humagne a la juventud, para volver a la aldea.

Nendettes jóvenes, o la timidez, o por la desconfianza, se negó a bailar con extranjeros. Uno, apodado "Mauguette", aceptó el ofrecimiento de lo desconocido, tanto orgullo a desafiar la envidia de sus compañeros de clase.

El gran hombre la tomó en sus brazos y comenzó su temeraria bailarina que dio una zarabanda mareos aquellos que vieron ; tenía veinte veces más en todo el campo de la danza y se detuvo a petición del Mauguette que ya no podía.

Decididamente, este personaje era misteriosa, no era un hombre común ; su cara roja y huesuda era algo burlona, y su ropa tenía un olor raro, quien asfixió.

Entre Nendards joven fue un niño de quien concibió un cierto remordimiento por lo malo santificar el día del Señor, y una gran desconfianza hacia el intruso llegó de quién sabe dónde y, sin molestias, acababa de entrar en la casa con su pareja.

Jean-Marie - ese era su nombre - fue a su vez en el chalet, y en el extranjero se susurra en el oído del Mauguette, salió de su libro de oraciones bolsillo y empezó a leer el Evangelio de Juan.

Inmediatamente, a través de la ventana abierta, hemos visto con asombro el gran hombre y su pareja corriendo, en un torbellino de llamas. Y fue entonces cuando descubrió que la misteriosa bailarina había hendido pies. Fue Satanás, personalmente.

La casa respira por tanto, un insoportable olor a azufre y salitre, que hizo inhabitable.

En otra, desde este día, vive en merodear alrededor de la casa y en la cocina de un gran cerdo rojo y un gallo negro que se trataron en vano de persecución ; siempre reaparecieron y finalmente renunciaron a la exitosa, convencidos de que eran los malos espíritus vienen a la tierra para expiar sus pecados.

Pero la casa fue finalmente abandonado por su dueño ; estancias, día o de la noche, se ha hecho posible.

Durante más de cien años, es el desierto, no de asilo como aves nocturnas o de los cazadores robustos que hacen una parada, regresando de bosques Isérables, allí para tomar un aperitivo y una pipa para fumar, cuando la lluvia llegó la sorpresa en el camino.

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